Tropas del régimen sirio han continuado atacando zonas controladas por los rebeldes en varias varias regiones del país y bombardeando varios barrios en ciudades ya asaltadas en las últimas semanas y meses. A pocas horas de que venza el plazo otorgado por el mediador de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, para que Bachar el Asad acuartele a sus soldados, pocos indicios apuntan, salvo el optimismo del propio Annan, al éxito de la misión mediadora.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización basada en Londres, ha asegurado que los militares han matado a varias personas en Deir el Zour, en el este de Siria, y en Deraa, al sur del país. Según esta organización también se han registrado bombardeos de artillería en la región de Latakia. Este grupo de activistas también denuncia incendios de viviendas y redadas masivas durante toda la jornada.
Pese a esta realidad sobre el terreno, el mediador de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, ha declarado este miércoles que ha recibido "garantías" del Gobierno sirio de que Damasco cumplirá el alto el fuego y que espera una "mejora de la situación" a partir de mañana. El enviado alertó de que "una militarización de la crisis siria sería desastrosa".
Annan se ha reunido el miércoles en Teherán con el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Alí Akbar Salehí, tras su llegada anoche a Irán, uno de los pocos aliados en la región del régimen de Damasco. Irán sostiene que apoya el plan de paz del enviado de la ONU mientras no haya presiones exteriores para que El Asad ceda el poder.
A pesar de las palabras de Annan en Irán, las esperanzas de que se logre el alto el fuego previsto en las próximas horas se reducen. La oposición denuncia que el Gobierno lanzó nuevos ataques contra los barrios de Jaldiya, Qarabis y Yuret al Shayah, en Homs. Los rebeldes armados amenazan con pasar a la ofensiva. Los activistas sirios sostienen que más de 800 personas han muerto desde que el régimen anunció que aceptaba el plan de Annan.
Pese a todo, antes de salir ayer de Turquía hacia Irán, el ex secretario general de la ONU insistió en la vigencia de su plan de paz y exigió que se lleve a cabo el alto el fuego previsto para mañana, al tiempo que recalcaba: "Es demasiado pronto para asegurar que el plan ha fallado".
La República Islámica de Irán ha manifestado que apoyará cualquier plan para la paz y la estabilidad de Siria, siempre que lo acepte el Gobierno del presidente Bachar al Asad, cuya salida del poder Teherán no se plantea, pues lo considera una barrera para la influencia en la región de Israel y EE UU, sus principales enemigos.
Irán ha mostrado su apoyo a las medidas diplomáticas para resolver el conflicto en Siria y respaldado las reformas planteadas por el Gobierno de Damasco.
También ha responsabilizado de la situación de Siria a grupos terroristas armados por países occidentales, en especial EE UU, y algunos árabes.
Opositores sirios y varios países, entre ellos EE UU, han acusado a Irán de apoyar con armas, personal militar y asesoramiento para la represión al régimen de al Asad, lo que convierte a Teherán en un punto esencial a la hora de influir en un eventual fin de la violencia en Siria.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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