WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiso celebrar el final de las largas negociaciones sobre el techo de la deuda invitando hoy miércoles a una hamburguesada a su equipo, que "trabajó duramente en ello durante los últimos meses".
Llevó a su personal al restaurante Good Stuff, cercano al Capitolio, donde se puso a la cola en corbata y mangas de camisa para ordenar el menú de todos sus acompañantes.
Obama advirtió al cajero que pagaría la cuenta de su equipo, además de la de una mujer que esperaba de pie junto a él.
"Huele bien", comentó Obama a los clientes que llegaron tras él, y comentó que su esposa suele acudir a ese mismo restaurante con mucha frecuencia.
Mientras esperaban por la comida, algún que otro ciudadano se acercó para dar la mano al Presidente estadounidense, que se había puesto a hablar con la familia que estaba sentada en la mesa de al lado.
"Escoge un batido", le dijo el Presidente a uno de los niños. "Te garantizo que esta mesa no se va a beber todos estos", añadió.
Obama no oculta su pasión por las hamburguesas, como ya demostró al invitar a comer una de ellas al Mandatario ruso, Dmitry Medvedev, aunque su mujer, Michelle Obama, abandere una campaña para concienciar sobre tener una dieta saludable.
El Presidente suele también aprovechar sus salidas fuera de Washington para satisfacer su gusto por las hamburguesas y los perritos calientes, aunque cuando "peca" suele bromear con un "no se lo cuenten a Michelle".
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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