China ha realizado hoy la prueba inaugural en el mar de su primer portaaviones, según ha informado el Ministerio de Defensa. El barco, de 300 metros de eslora, es una remodelación de uno inicialmente destinado a la armada soviética y que nunca fue terminado debido al hundimiento de la Unión Soviética en 1991. China compró el navío -que entonces se llamaba Varyag- a Ucrania en 1998.
La existencia del portaaviones era conocida, pero Pekín no confirmó hasta el pasado junio que estaba construyéndolo como parte del proceso de modernización de su Ejército. El Gobierno asegura que será utilizado para formación y entrenamiento, y como modelo para la fabricación en sus propios astilleros de hasta tres portaaviones similares. Algunos expertos creen, basándose en las fotos, que no tiene capacidad para que aterricen y despeguen aviones; tan solo, helicópteros.
El barco "dejó su astillero en el puerto de Dalian, en la provincia nororiental de Liaoning, el miércoles por la mañana para comenzar el primer ensayo en el mar", ha informado la agencia oficial Xinhua. "Fuentes militares afirmaron que la primera prueba en el mar está dentro del programa de renovación y no llevará mucho tiempo (...) Después de regresar al astillero, continuarán los trabajos de remodelación y ensayos". Pekín adquirió el buque sin motor, armamento ni sistemas de navegación, según algunas informaciones.
El contralmirante Yin Zhuo ha asegurado en una entrevista publicada esta semana que China tiene previsto crear un grupo de combate naval con portaaviones, pero que el proyecto es difícil y llevará tiempo. Según Yin, uno de los principales retos será formar a las tripulaciones y los pilotos. "Un portaaviones requiere la acción concertada de un equipo integrado por miles de personas. Y eso no es fácil", ha dicho.
Las pruebas del primer portaaviones chino añadirán, seguramente, un nuevo motivo depreocupación para Estados Unidos, que teme por su papel dominante en el océano Pacífico, y los países vecinos de China. Pekín mantiene disputas territoriales con Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunei y Taiwan en el mar del Sur de China, y con Japón en el mar de China oriental.
Creciente esfuerzo militar
La semana pasada, Tokio manifestó su preocupación por el creciente alcance naval chino y el secretismo de su presupuesto militar. Pekín anunció en marzo un aumento del 12,7% de su presupuesto de defensa para este año respecto a 2010, cuando creció un 7,5%. El Gobierno defiende que el gasto militar representa alrededor del 1,4% del PIB (producto interior bruto), mientras el de Estados Unidos es de alrededor del 4%.
Expertos militares estadounidenses creen que China construirá varios portaaviones la próxima década con el objetivo de convertirse en una potencia naval global, capaz de proyectar su poder por todo el mundo para mediados de siglo. Pero aseguran que llevará años a Pekín aprender a integrar la fuerza aérea naval y lograr la experiencia necesaria para utilizarla de forma efectiva.
China considera la modernización militar una consecuencia natural de su progreso económico, y argumenta contra quienes critican sus inversiones en defensa que aún están muy por detrás de las de otras naciones más pequeñas. Dice que países como Tailandia y Brasil, o rivales como India, han comprado portaaviones en el extranjero. Estados Unidos, por su parte, tiene 11 grupos de combate con portaaviones, y sus buques son mucho mayores y de tecnología más avanzada.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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