Tortura es lo que estan viviendo familiares de las victimas encontradas en las fosas de Tamaulipas

Tamaulipas, Mexico,

“Ya los mandaremos a llamar”, fue la respuesta que recibieron en la PGR familiares de desaparecidos en Tamaulipas o hallados en las fosas de San Fernando.

Uno por uno han entrado desde el pasado lunes a las instalaciones de la SIEDO, en la Ciudad de México. Uno por uno fueron saliendo con su desolación a cuestas para seguir esperando y saber con certeza si su familiar desaparecido hace un año, seis o dos meses se encuentra vivo o muerto.

“Lo que sea, pero quiero saberlo ya”, dice una madre con residencia en Toluca, Estado de México. Su hijo despareció cuando llevaba muebles a Tamaulipas.

Decenas de familiares esperan que se coteje el ADN proporcionado por ellos con el de alguno de los cadáveres traídos de San Fernando, Tamaulipas.

“Puro Michoacán”

Los rostros de Claudio y Cecilia Pacheco Maldonado, al salir de la SIEDO, eran pura desolación. “Nos dijeron que se dará prioridad a los casos de desaparecidos de marzo a la fecha”. Su hermano desapareció hace un año.

La muestra de ADN se la hicieron a uno de llos en el Semefo de Monterrey. “Allá nos dijeron que viniéramos acá y acá nos dicen que todo es allá y que nuestro ADN lo mandarán traer”. En sí como dicen ellos, son puras vueltas.

Fue el 30 de marzo del año pasado cuando el hermano de Claudio, Raymundo Gil, de 43 años, dedicado a la compra-venta de tóneres usados, desapareció en Guadalupe, Nuevo León. De ello quedó constancia en la averiguación previa 195/2010. Iba en una camioneta Expedition 2007 con placas de Michoacán rumbo a Reynosa y Saltillo.

En el parabrisas llevaba la frase “Puro Michoacán”. Y como si fuera delito ser de ese estado, cuando sus familiares levantaron la averiguación previa les dijeron: “Si siguen aquí en Monterrey, corren peligro”. Tuvieron que salir.

Otro de sus hermanos es trailero y conoce la situación en las carreteras: “Sí, es peligroso, desde la caseta de Tepoztlán, Querétaro, pasando por San Luis Potosí hasta Nuevo Laredo, toda la carretera 57 es peligrosa. Pero tenemos que trabajar para comer”.

Dice que conoce más casos de desaparecidos, “no sólo en San Fernando, sino en todo el norte: Laredo, Tamaulipas, Saltillo, Monterrey… Mi hermano iba rumbo a Reynosa y la última vez que hable con él fue a las 4 de la tarde de ese día 30; quedamos de vernos en Morelia, visitar a unos familiares y echarnos unas chelas (cervezas), pero no llegó nunca”.

La camioneta tampoco apareció; su celular siguió activado muchos días y alguien sacó dinero de sus tarjetas bancarias.

“Lo levantaron en Camargo”

La mujer se frota las manos y parece que quiere gritar. Pero no. Su voz sale delgada. “Son dos muchachos que desaparecieron desde hace un año y un mes. Partieron de la ciudad de Toluca en un tráiler e iban a entregar colchones a Ciudad Alemán y Ciudad Mante, pero ya no llegaron”.

El tráiler fue encontrado sin mercancía tres días después. Pero a los muchachos no. Levantaron la denuncia en Tamaulipas y a la fecha no los han encontrado. “Lo único que sabemos es que los interceptaron en Camargo”.

A las puertas de la SIEDO jura que ellos “nunca estuvieron metidos en algo raro; son gente chambeadora. Mi esposo tenía cuatro años trabajando en el tráiler y el otro es su primo, de 19 años, era su primer viaje. La policía de Tamaulipas dice que no sabe nada que es algo nuevo para ellos: no se ha pedido rescate ni nada”.

“La familia tiene temor”

“Los seis iban en tres carros y desaparecieron el 2 de marzo de este año. Se fueron a entregar muebles al río Bravo. Iban de Michoacán. Ellos tenían muchos años viajando para entregar pedidos y conocían la ruta, pues siempre van a entregar a lugares establecidos y nunca les había pasado nada”.

Es una mujer que, junto a otros familiares, espera a las puertas de la SIEDO. Dice que tienen esperanza en la procuradora Marisela Morales, pero al salir están desolados: “Hay que esperar, dicen que hablemos en 15 días hasta que cotejen el ADN”. Informa que el acta la levantaron en Tamaulipas.

“Desde que desaparecieron toda la familia vive con desesperación e impotencia de no poder hacer nada”, señala.

Al igual que otros entrevistados, saben que la ruta es de peligro: “El único que no lo sabe es el gobierno”. La mujer dice que la ruta que siguen los autobuses es la misma que siguieron sus familiares: San Luis Potosi, Ciudad Victoria, San Fernando, Río Bravo.

“La última vez que supimos de ellos estaban en Jaumabe, Tamaulipas; desde ahí nos hablaron por teléfono y después, nada, desaparecieron”, asegura.

Ellos viajaban en dos carros tipo Torton con placas de Michoacán y una camioneta doble cabina.