NUEVA YORK – Trabajadores, sindicatos y funcionarios públicos reconocieron ayer que pese a que se ha avanzado mucho en el respeto de los derechos laborales, aun hay miles de inmigrantes que son abusados cada día en sus trabajos.
La ceremonia que recordó los 100 años de la tragedia del Triángulo, donde murieron 146 costureras por estar encerradas mientras el edificio estaba en llamas, se convirtió en un ataque contra quieren restringir los derechos de sindicalización en el país.
"Yo veo que después de cien años de este terrible accidente que mató a tantas personas las cosas no han cambiado para nada", dijo Walfre Mérida, miembro de la Local 79, desde el escenario.
Mérida, de 25 años, dijo que antes de pertenecer al sindicato trabajaba en una empresa constructora donde no le pagaban horas extras, no tenía beneficios y les pagaban en efectivo.
"Condiciones de seguridad, ninguna. Agarra tu herramienta y ándate a trabajar no más. Y no vayas a estar parado", comentó Mérida El Diario/La Prensa. "Cuando nos tocaba en las alturas, en los techos, Nunca usamos arnés, uno se fue acostumbrando a los peligros y gracias a Dios que uno no es tan nervioso para las alturas. Uno se arriesgaba por necesidad", agregó.
Hilda Solís, secretaria del Departamento del Trabajo, dijo que el departamento hará de policía para que se cumplan las leyes laborales ya que "siempre tenemos que proteger a nuestros trabajadores más vulnerables".
Solís y el resto de los oradores atacaron al gobernador republicano de Wisconsin Scott Walker quien empujó la legislación que elimina la posibilidad de negociación colectiva de los empleados públicos y está temporalmente bloqueada.
"Hoy rendimos tributo a los trabajadores en comunidades de todo este gran país protestando fuertemente contra las acciones que buscan quitarles el derecho a negociación colectiva, su derecho a tener una voz en sus lugares de trabajo. Los aplaudimos", dijo Solís.
Charles Schumer dijo que los sindicatos y la negociación colectiva "ha salvado a millones de trabajadores de accidentes y de la muerte" y que la extrema derecha quiere quitarle a los trabajadores los derechos por los que han luchado y "arrastrar a nuestra nación a 1911".
El alcalde Michael Bloomberg fue abucheado durante su discurso y muchos trabajadores le gritaron "¡impuesto a los ricos!".
Eduardo Díaz, obrero de la construcción, dijo que el sindicato les da entrenamientos para aprender sus derechos y para tener más seguridad.
"El sector construcción es el que más muertos tiene. Muchos trabajadores que no pasan por este tipo de entrenamiento. Muchas constructoras no usan trabajadores de la unión, le pagan menos del salario mínimo y no les dan protección", dijo Díaz, de 63 años.
Alberto Aguilar, obrero de 37 años que lleva tres años en la local 79, explicó que muchos contratistas no permiten a sus empleados unirse al sindicato porque así pueden pagarles menos.
"Hay una gran diferencia al estar en la unión. Nos dan beneficios, nos pagan las horas extra, nos dan entrenamiento… Fuera de la unión, olvídese", dijo Aguilar.
La ceremonia tuvo momentos emotivos como cuando familiares de cada una de las 146 víctimas tocaron una campana y dijeron el nombre y edad de las trabajadoras, todas inmigrantes de entre 16 a 23 años. Los familiares acarreaban una pancarta hecha como una camisa con el nombre de cada víctima.
La directora de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York, Chung Wha Hong, dijo a El Diario que si bien se ha avanzado en el camino de la justicia, aun hay muchos inmigrantes fuera de sindicatos y muchos sindicatos que optan por el camino de exclusión en vez de protección.
"El lugar de trabajo no puede ser un lugar de miedo -miedo al abuso, miedo a la deportación- si no que un lugar donde sientes que estás haciendo una contribución y donde puedas trabajar con dignidad. Y no estamos ahí todavía", dijo Hong.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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