New York, por, Lissette Garcia, (Reflexion). Como podemos ver en nuestro diario vivir, cada dia tanto el mundo como el hombre va en una degradación constante, no se respetan los unos a los otros, y mucho menos se respetan los valores que antes eran inculcados con tanto esmero, por nuestros progenitores, aquello de “respeta al vecino como si fuere tu propio padre”, o “respete a su maestra/o como si fuera su propia madre”, que tiempos, nose si muchos de ustedes tendrán anécdotas, de aquella pela que su padre o madre hiso que su maestra le diera, delante de los demás compañeros, por aquello del respeto. Hoy dia esa acción seria calificada de abuso infantil, jajá, que ironías tiene la vida, o tal vez dirían, ese niño/a hay que llevarlo al sicólogo porque esta traumatizado, pero hagamos un sondeo, cuantos criminales salieron de esas aulas y cuantos hombres y mujeres de bien vienen de esa generación, sería como un poco desleal la comparación, pues hoy dia desgraciadamente, ni terminan y/o son completamente unos incompetentes, pero también aclaro que cuando hago esta comparación, me estoy refiriendo al porcentaje tan alto de alumnos, que desertan y dejan las aulas, pues prefieren la calle y el dinero fácil.
Mal ejemplo están recibiendo un gran porcentaje de nuestra población, pues hasta los adultos se dedican a lo fácil, por ejemplo, nadie quiere tomarse la molestia de trabajar, prefieren buscar la manera de ver cómo pueden tumbarle el dinero fácil a otros y me voy a referir directamente al medio en el que me desenvuelvo, podemos ver como se utilizan métodos de una índole supremamente degradante.
Como unos llamados comunicadores se valen de trucos como hablar de Dios, y con esto comercializar, pues aprovechan la avidez que tiene el ser humano de escuchar algo bueno, dentro de tanta maldad, olvidan que el mismo Jesucristo dice, “Maldito el hombre que cree en el hombre y no pone su confianza en Dios”, cometen errores atroces y después buscan a quien pueda solapar sus acciones, pero buscan a aves de rapiña, mercantiles que solo prestan su pluma a cambio de un par de monedas, personas que ni siquiera cuentan con coherencia al hacer un articulo y mucho menos con ninguna clase de moral.
Yo estaré aquí siempre lista para decir todo aquello que sea necesario y considere justo, mi pluma no tiene precio, el único que tiene poder sobre mí, precisamente murió, por la verdad y yo aquí estoy y quien quiera enfrentarme lo reto a que lo haga. Recuerden que no solo de pan vive el hombre, que hay un alimento mayor, pero que hay que escudriñarlo y discernirlo, pues colirio a tus ojos será. Que tengan buen resto de semana y si Dios lo permite hasta la próxima reflexión.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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