Obama se reunió el sábado con su par brasileña, Dilma Rousseff, para buscar una mayor exposición al robusto crecimiento de América Latina, al tiempo que lidia con las sensibles crisis de Japón y Libia.
Con la necesidad de impulsar el empleo Estados Unidos antes de las elecciones presidenciales del 2012, la visita de Obama a la potencia económica regional es parte de un esfuerzo para volver a comprometerse con sus vecinos, donde Washington enfrenta la creciente competencia de China.
"Quiero abrir más mercados en todo el mundo para que las compañías estadounidenses hagan más negocios y contraten a más de nuestra gente", dijo Obama el sábado en su comunicado semanal.
Obama mantuvo su itinerario de una gira de cinco días, que también lo lleva a Chile y a El Salvador, mientras las potencias mundiales se reunieron en París para dar inicio a acciones militares que buscan proteger civiles de los ataques del líder libio Muammar Gaddafi, y mientras Japón enfrenta una crisis nuclear.
Se canceló una rueda de prensa tras la reunión con Rousseff a solicitud de Brasil.
No se esperaba que el viaje produjera ningún gran avance a las barreras comerciales, un área donde Washington y Brasilia han estado enfrentados en los últimos años.
Pero sí produjo una serie de acuerdos preliminares destinados a impulsar el comercio y la cooperación, en temas que van desde tecnología espacial para desarrollar conjuntamente biocombustibles para la aviación.
Firmaron además un acuerdo de "cielos abiertos" que le permitirá a ambos países tener más rutas aéreas entre ellos, además de generar un marco de trabajo general bajo el que Estados Unidos ayudaría a Brasil a preparase para la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016.
Además, una fuente del Gobierno brasileño dijo a Reuters que Estados Unidos y Brasil pedirán una reforma amplia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Brasil considera que merece un asiento permanente a la vista de su creciente influencia como potencia económica y diplomática y quiere conseguir el apoyo de Obama, que apoyó la entrega de un asiento permanente a India cuando visitó Nueva Delhi en noviembre.
Washington ha dicho que espera que el tema se discuta cuando se reúnan, pero ha sido poco específico sobre el nivel de apoyo que ofrecería Obama.
INMENSOS DESAFIOS
Si bien Obama buscará reforzar los lazos hemisféricos que se han desgastado al límite, su atención está dividida.
Asesores de alto rango estarán con él en cada parada, buscando ayudarlo a seguir los eventos en Libia y prepara una respuesta al desastre nuclear que se desarrolla en Japón.
La Casa Blanca ha justificado el viaje de Obama en gran parte por sus posibles dividendos al aumentar las exportaciones de Estados Unidos para ayudar a crear empleos en el país.
Funcionarios estadounidenses han dejado en claro que Obama también quiere aprovechar una oportunidad los lazos diplomáticos desde que Rousseff asumió el cargo en enero.
Las tensiones aumentaron bajo el mandato del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por, entre otras cosas, la apertura de Brasil hacia Irán.
Rousseff, una izquierdista pragmática, ha cambiado de dirección hacia Washington y se ha alejado de líderes de retórica anti Estados Unidos como el venezolano Hugo Chávez, pero posiblemente insistirá en resultados concretos.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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