La falta de fondos ha forzado al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU a suspender la ayuda alimentaria a 1,7 millones de refugiados sirios en Jordania, Líbano, Turquía, Irak y Egipto. La interrupción de las ayudas supondrá, de acuerdo con la ONU, que muchas familias vayan a pasar hambre este invierno.
El PMA anunciaba de esta forma el lunes la suspensión de los vales de comida que proporciona a los refugiados y pedía a la comunidad internacional los 51 millones de euros necesarios para asistir durante el mes de diciembre a los sirios que han buscado protección en los países vecinos. La entidad insistió en que «las consecuencias de la supresión de esta ayuda serán devastadoras, especialmente para aquellos refugiados sirios que viven en campamentos y asentamientos informales que no están preparados para soportar el frío invierno».
Es el caso de muchos campos de refugiados de Líbano o Jordania, en los que la miserable situación de las tiendas enterradas en el barro hace que «las condiciones de higiene sean extremadamente precarias» y donde numerosos niños se enfrentan a un duro invierno «sin calzado ni ropa adecuada».
«La suspensión de la ayuda alimentaria del PMA pone en peligro la salud y la seguridad de estos refugiados y puede contribuir potencialmente a causar mayor tensión, inestabilidad e inseguridad en los países de acogida», afirmó el lunes la directora ejecutiva del PMA, Ertharin Cousin. Cousin destacó también que muchas de las operaciones en la región se hallan en un momento crítico de financiación puesto que los compromisos de los donantes siguen sin cumplirse, aunque no quiso especificar de qué países se trataba. En caso de llegar la financiación requerida, el PMA podrá reanudar de inmediato su labor a través de un sistema de cupones electrónicos que permite a los beneficiarios la compra de comida en los negocios locales.
Por su parte, el Alto comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres señaló en un comunicado que la noticia no podía llegar «en un momento peor» e hizo un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que apoye la labor del PMA. «El invierno es una estación extremadamente difícil para los refugiados sirios y la suspensión de ayuda alimentaria en esta coyuntura crítica impactará sobre decenas de miles de ellos» explicó Guterres.
Desde el inicio del conflicto sirio en 2011, el Programa Mundial de Alimentos ha cubierto las necesidades alimentarias de millones de personas desplazadas dentro de Siria y de hasta 1,8 millones de refugiados en Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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