El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha concedido la ciudadanía rusa al actor Gérard Depardieu, quien había expresado su deseo de renunciar al pasaporte francés por la decisión del Gobierno galo de aumentar al 75% los impuestos sobre la renta de los más ricos. Según informa hoy el Kremlin, Putin firmó el decreto de concesión del pasaporte ruso a Depardieu, nacido en Francia en 1948 y que ha dado vida a personajes como Obelix, Cyrano de Bergerac o Martin Guerre, en virtud del artículo 89 de la Constitución rusa.
Putin ya había garantizado en diciembre pasado la expedición de un pasaporte ruso al artista francés si este decidía definitivamente renunciar a su ciudadanía original, aunque destacó que "él (Depardieu) se considera francés". "Él se considera europeo y ciudadano del mundo. Pero quiere mucho a su país, su cultura y la vive. Estoy seguro de que ahora no está atravesando un buen momento, pero esto acabará", apuntó. Putin subrayó que los artistas son personas con "un espíritu especial" y que "es fácil herir sus sentimientos". "Estoy convencido de que los máximos dirigentes (de Francia) no querían herir a Depardieu, pero como cualquier funcionario de alto o medio rango siempre defendemos nuestra política y las decisiones tomadas", dijo.
El Kremlin se había tomado en un principio a broma las afirmaciones de Depardieu quien, según el diario Le Monde, dijo que el presidente ruso le había enviado un pasaporte. El actor, de 64 años, anunció hace unas semanas el traslado de su residencia fiscal a la localidad belga de Néchin, a apenas un kilómetro de la frontera francesa. Su decisión fue tachada de "lamentable" por el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, lo que indignó a Depardieu, quien reaccionó anunciando su voluntad de renunciar la nacionalidad francesa.
Francia y Bélgica han dejado de ser buenos vecinos por culpa de los impuestos. La huida del actor Gérard Depardieu hacia el territorio belga en busca de un mejor acomodo fiscal simboliza estos días un problema mucho más complejo: la competencia tributaria entre países limítrofes. Tras varios días de críticas directas hacia Depardieu, e indirectas hacia Bélgica por servirle de refugio, el Gobierno belga se defendió. “Quieren convertir a Bélgica en un chivo expiatorio”, protesta Didier Reynders, ministro de Asuntos Exteriores, en una entrevista concedida al diario francés Le Figaro.
Depardieu aseguró hace unos días que no reconsideraría su decisión después de que el Consejo Constitucional francés rechazara esa medida anunciada por el presidente, François Hollande.
Por último, y dando un espaldarazo a Depardieu, el mandatario señaló: "En cuanto al aspecto humanitario del asunto, si Gérard quiere realmente tener un permiso de residencia en Rusia o un pasaporte ruso, que considere que el asunto está resuelto. Y resuelto positivamente". El presidente ruso ha dicho tener "muy buenas relaciones personales, de amistad", con Depardieu.
Pero Putin no es el único que se ha hecho eco de la búsqueda de nueva nacionalidad del actor francés en Rusia. Ramzán Kadírov, el jefe de Chechenia, ha invitado al actor a vivir en esa república norcaucásica que forma parte de la Federación Rusa. Depardieu conoce Grozni, que visitó recientemente con ocasión del Día de la Ciudad. Sobre aquella visita, Kadírov dijo: "Cenamos juntos y conversamos. Es un hombre con mayúsculas. Un humanista. Yo creo que ningún país dudaría ni un segundo en abrirle sus puertas".
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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