LA PAZ.- Un ladrón fue quemado vivo por habitantes de la ciudad boliviana de El Alto, tras ser sorprendido in fraganti robando en una vivienda del barrio Río Seco, informó hoy Jorge Toro, director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.
La protesta ciudadana de la madrugada del domingo terminó incendiando un vehículo policial que era utilizado para el rescate del ladrón, quien murió por las heridas sufridas.
"La gente está enfurecida en El Alto. El sábado hubo tres intentos por quemar a otros ladrones. No se permitió el ingreso de policías a Río Seco donde se quemó a un hombre e incendió el automóvil que utilizaban los delincuentes", relató el jefe policial.
Los familiares del ladrón recogieron hoy su cuerpo de la morgue del hospital público de La Paz para darle sepultura en un cementerio que no fue informado.
La muerte de dos periodistas hace nueves días enfureció a los habitantes de El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia, al extremo de pedir la reposición de la pena de muerte.
La solicitud fue rechazada por la Iglesia Católica de Bolivia. "Tenemos que decir a nuestros hermanos que han levantado la voz con indignación pidiendo muerte y muerte; que la muerte no soluciona a la muerte, que a la muerte debemos responder con la vida", respondió el cardenal Julio Terrazas.
El jefe policial Jorge Toro, por otra parte, relató que dos policías que estaban sin uniforme fueron confundidos como presuntos ladrones y recibieron una golpiza en el barrio alteño Santa Rosa.
"Hay bastante intolerancia en El Alto. La gente sospecha de todos y en la noche lo prudente es no salir a las calles porque puede terminar golpeado o quemado", dijo.
También se supo que sólo existen 300 policías con diez vehículos para atender a la población de un millón de habitantes en El Alto.
La red de televisión PAT difundió hoy imágenes de los vehículos incendiados en El Alto, uno era de la policía y otro de los presuntos ladrones.
El Alto es la ciudad donde la gente hace justicia con sus propias manos. La policía reporta la desaparición de al menos 550 personas cada año en esa ciudad que es vecina a La Paz y donde opera uno de los aeropuertos más altos del mundo a 4.100 metros de altitud.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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