PARÍS.- El joven islamista Mohamed Merah, que fue abatido por personal de la policía francesa tras matar a siete personas, declaró que lamentaba no haber estado "cuando comenzaron las clases en la escuela judía", lo que le hubiera permitido matar a más niños.
Según publica el semanario francés Journal du Dimanche, cuando el cuerpo de elite policial RAID trataba de convencerlo de que se rindiese, Merah confesó "el placer infinito" que experimentó durante sus mortíferas incursiones.
Señaló que no quería terminar como un kamikaze, y poder así llevar a cabo más acciones, "ver a sus víctimas", "tocarlas" y filmarlas, según los investigadores.
"Afirmó que no había pasado por campos de entrenamiento colectivos, pero que había sido formado a medida, una especie de clase particular", indicó un investigador a ese periódico. Durante esta formación, "el joven aseguró que su instructor quería que cometiese atentados en París, pero que él había elegido comenzar en Toulouse" (sudoeste de Francia).
Mohamed Merah estaba convencido de que "matar a un soldado francés en Francia tendría la misma repercusión que matar a diez soldados franceses en Afganistán".
Entre los blancos que había identificado se encontraban el jefe de la brigada anticriminalidad de Toulouse y una mujer policía de la dirección central de inteligencia interior que lo había interrogado cuando regresó de Pakistán.
También se esforzó por disculpar a su hermano mayor, Abdelkader Merah, reiterando que "no tenía confianza en él", según los policías. Desmintió que su hermano tuviera influencia en él y se presentó como un "autodidacta del Islam" que leyó el Corán "solo en prisión".
A fines de febrero había arrendado dos automóviles que "estaban preparados para que él pudiera continuar su 'road-movie' asesino", precisó un oficial de policía.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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