New York, Por, Lissette Garcia,
La ingratitud, es mayormente la acción realizada por aquellos, que no reconocen o prefieren olvidar la ayuda recibida en un momento determinado. El ingrato sufre de un estado de amnesia, olvidando los esfuerzos realizados por la persona utilizada en un momento determinado para él.
Solo que como dice el sabio Salomón, “El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas”, lo cual nos dice que no importa cuán ingrato pueda ser un ser humano, pues su necedad será su perdición, también dice el sabio Salomón, “Sale el sol y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo”.
Sabias palabras las del Rey Salomón, pero son pocos los que tienen la capacidad de entender su mensaje, pues como el mismo dice, “Vanidad de Vanidad, todo es vanidad”. Nunca seas demasiado necio, ni demasiado astuto, pues en esto también existe aflicción de espíritu, pues así como el viento hace su recorrido y vuelve al lugar de origen, también el mundo da muchas vueltas y siempre cae en el mismo lugar.
El ingrato olvida estos acontecimientos, sin saber que siempre habrá de necesitar a quien ha menospreciado, pues la ley de Dios nadie puede cambiarla. Al igual que la ley de la gravedad, que todo lo que sube tiene que caer. Solo podrás conseguir estabilidad siempre y cuando mantengas un balance de humildad, pero sobre todas las cosas, jamás olvidar la mano que un dia te sirvió con fe y amor.
Tristeza y crujir de dientes será el tener que necesitar y no encontrar las puertas que una vez estuvieron abiertas para ti cerradas y sin la menor intención de volver a abrirse.Nunca olvides que la ingratitud es el peor defecto del ser humano, al ingrato nadie lo quiere cerca, es como aquel que tiene lepra.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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