WASHINGTON, D.C. — Osama Bin Laden estaba pensando en los hispanos en Estados Unidos antes de morir. Pensó en ellos como parte de los grupos vulnerables y oprimidos, que serían seducidos por el terrorismo extremo. Una visión lejana a la realidad, considerando que sólo han habido 4 hispanos involucrados en intentos de ataques en el país desde 9-11.
Funcionarios de gobierno, con acceso al diario personal de Bin Laden, y otros documentos recuperados durante el ataque que cobró su vida, revelaron esta semana, que dentro de los consejos del líder de Al Qaida, estaban atacar a ciudades como Los Ángeles.
Los objetivos, de acuerdo a su lógica, eran trenes y aviones, durante fechas importantes. Los autores materiales de los ataques: grupos vulnerables no musulmanes como los latinos y afro americanos.
Pero los cálculos de Bin Laden parecen lejanos a las estadísticas sobre actividades terroristas en suelo estadounidense y a la estrategia usada por el país para prevenir potenciales atentados.
"Siempre hemos estado mucho más preocupados por la radicalización de los individuos en general en la nación, pero no en comunidades y razas determinadas", explicó a La Opinión el ex director de la Agencia de Inteligencia Central, CIA, Michael Hyden.
Terrorismo se define como el "uso ilegal de fuerza y violencia en contra de personas o propiedad para intimidar al gobierno y la población civil con objetivos políticos o sociales".
Bajo este parámetro, de acuerdo a cifras del Buró de Investigaciones FBI, desde 1980 a 2005, en Estados Unidos han habido 318 incidentes terroristas, los que han resultados en 3,178 muertes.
Sólo cuatro hispanos figuran en esta lista. Entre ellos Antonio Martínez, José Padilla, Daniel Maldonado y Carlos Almonte. El primero de ellos está acusado de intentar explotar un centro de reclutamiento militar.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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