SACRAMENTO.— California pasó de tener un gobernante emanado de las películas de acción de Hollywood, a quien le gustaba el glamour y las luces, a un nuevo gobernante apegado a la austeridad y la moderación.
Acostumbrado al lujo, el ex gobernador Arnold Schwarzenegger viajaba en un avión privado casi todos los días de Sacramento a su casa en Brentwood, cuando se quedaba en la ciudad se hospedaba en el penthouse de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad frente al Capitolio Estatal.
Tan sólo para caminar la cuadra de distancia que separaba al hotel del Capitolio, abordaba la limusina oficial y era custodiado por agentes de la Policía de Caminos en motocicletas y autos.
El nuevo gobernador Jerry Brown es todo lo contrario de su predecesor. Aunque mantiene su casa en Oakland, decidió rentar un apartamento tipo loft en el segundo piso de una ruidosa calle del centro de Sacramento, arriba de un popular restaurante de comida china.
Brown, de 72 años, muchas veces se va caminando al Capitolio junto con su esposa, Anne Gust Brown, apenas acompañado de unos cuatro elementos de seguridad que lo siguen a pie. Suele ir a caminar y a correr al río Sacramento. Para viajar ha escogido, la línea aérea comercial Southwest.
A principios de mes, en su primera salida de trabajo fuera de Sacramento, Brown tomó por sorpresa a los pasajeros del vuelo Sacramento-Burbank cuando se sentó en uno de los asientos económicos ni siquiera en los de primera clase para ir a una reunión con la Cámara de Comercio de Los Ángeles. El gobernador viajaba sólo sin el séquito de asistentes que suele acompañar a los mandatarios estatales. Incluso cuentan que pidió el descuento en el boleto de avión que se da a las personas de la tercera edad.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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